Descubre las señales de que tus lentes no están bien hechos para ti y cómo solucionarlo.
- melissahernandez76
- 12 may
- 1 Min. de lectura
¿Tus lentes no te convencen? Puede que estén mal adaptados

Usar lentes debería hacerte la vida más fácil, no más incómoda. Si al ponértelos sientes mareo, dolor de cabeza o simplemente “no ves bien”, el problema puede no ser tu vista… sino tus lentes. Unos lentes mal adaptados pueden afectar tu día a día más de lo que crees.
¿Te cuesta enfocar al leer? ¿Ves borroso al manejar? ¿Te duelen los ojos al final del día? Tu graduación puede ser correcta, pero si el centro óptico no está alineado con tus pupilas, si el tipo de lente no es el ideal o si el armazón no se ajusta bien… todo falla.
¿Qué significa "mal adaptados"?
No se trata solo de tener la graduación correcta. Adaptar bien unos lentes implica alinear perfectamente el centro óptico con tus pupilas, escoger el tipo de lente adecuado (monofocal, progresivo, con filtro azul, etc.), y elegir un armazón que se ajuste a tu rostro.
Si alguno de estos elementos falla, el resultado es molesto:

Sientes que tu vista no descansa.
Ves borroso al mover la cabeza.
Tus ojos se sienten tensos al final del día.
No logras acostumbrarte aunque pasen los días.
¿Por qué pasa esto?
A veces es por un mal servicio: una toma de medidas rápida o sin experiencia, una mala elección del tipo de lente o incluso una mala alineación al montar los cristales. Otras veces, el problema es elegir lentes en línea sin asesoría profesional.
Ver bien no debería ser complicado. Y sentirte bien con tus lentes, tampoco.
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